La educación informal es un proceso de aprendizaje continuo y espontáneo que se realiza fuera del marco de la educacion formal y la educacion no formal, como hecho social no determinado, de manera intencional. El sistema la reconoce y la utiliza como parte de sus aprendizajes.
Es la que reciben los miembros de una sociedad, durante toda su existencia. Es absorbido por el individuo, y en forma inconsciente, a tal punto que los valores de su sociedad son internalizados como verdades que no merecen discusión. Este proceso se inicia en el seno del hogar, luego va agrandando su espacio en el ámbito de la socialización.
Es una dimensión de la educación que duplica el campo de acción de cada una de las otras dimensiones educativas, a saber; educación formal y educación no formal. Los aprendizajes están determinados por situaciones cotidianas del contacto social, en su mayoría no son organizados o administrados por una estrategia educativa determinada, son experiencias que se dan en ámbitos más relajados que los escolarizados; la familia es el principal grupo social en el que se desarrollan este tipo de aprendizajes, que con sus respectivos contactos sociales facilitan la personalización de los individuos, el club deportivo, la asociación cultural a la que concurren las familias, el grupo de amistades con el que se vive la sociabilidad, entre otros; y en definitiva los medios masivos de comunicación que entran ya en otra modalidad de la educación informal, es decir, son actividades diseñadas, pensadas y por tanto programadas para lograr un objetivo de formación específico.
Es la que reciben los miembros de una sociedad, durante toda su existencia. Es absorbido por el individuo, y en forma inconsciente, a tal punto que los valores de su sociedad son internalizados como verdades que no merecen discusión. Este proceso se inicia en el seno del hogar, luego va agrandando su espacio en el ámbito de la socialización.
Es una dimensión de la educación que duplica el campo de acción de cada una de las otras dimensiones educativas, a saber; educación formal y educación no formal. Los aprendizajes están determinados por situaciones cotidianas del contacto social, en su mayoría no son organizados o administrados por una estrategia educativa determinada, son experiencias que se dan en ámbitos más relajados que los escolarizados; la familia es el principal grupo social en el que se desarrollan este tipo de aprendizajes, que con sus respectivos contactos sociales facilitan la personalización de los individuos, el club deportivo, la asociación cultural a la que concurren las familias, el grupo de amistades con el que se vive la sociabilidad, entre otros; y en definitiva los medios masivos de comunicación que entran ya en otra modalidad de la educación informal, es decir, son actividades diseñadas, pensadas y por tanto programadas para lograr un objetivo de formación específico.
Queremos invitar especialmente a profesionales mexicanos y latinoamericanos identificados con la labor educativa formal y fundamentalmente a toda persona comprometida con la tarea de educar de manera no formal pero si definitiva en la vida diaria a cualquier otra persona y en especial a niños y adolescentes. La invitación es para revisar nuestras formas de enseñar y nuestras formas de crear opciones afortunadas que vayan desde la manera en que nos expresamos hasta la generación de pensamientos congruentes con la obtención de resultados concretos.
La educación es el principal vehículo para formar mujeres y hombres libres y conscientes de su responsabilidad social. El papel que jugamos como educadores, orientadores, consejeros y actores en la conformación social y cultural, no puede seguir siendo ignorada porque es además la herramienta de la transformación social, cultural y principalmente personal. Es aquí donde radica la importancia de la difusión.
El tipo de comportamiento que manifestamos todos los días, el lenguaje que utilizamos para corregir, expresar lo que pensamos y transmitir los fundamentos de nuestra cultura, constituyen la herramienta principal para la formación de esas mujeres y esos hombres. Si consideramos nuestra labor circunscrita sólo a las aulas o espacios escolares y dedicamos el tiempo a perfeccionar las técnicas de enseñanza y aprendizaje sin considerar los espacios en donde se lleva a cabo la mayor parte de la transmisión cultural, seguiremos colaborando de manera fundamentalmente inconsciente con la educación informal desorientada que caracteriza a nuestra cultura mexicana.
Me estoy refiriendo al seno familiar, a la convivencia social que tenemos en transportes, en la calle y en general en los lugares públicos. En este tiempo la influencia de la televisión ha cobrado una trascendencia impresionante, sin embargo no me referiré a ese aspecto en este artículo.
El principal vehículo que utilizamos en la transmisión de la educación y la cultura es el lenguaje y la conformación de pensamientos que “determinan” nuestras acciones (en adelante me referiré a ellos como creencias); también son generados a partir del lenguaje, tanto el verbal como el no verbal, vehículo que utilizamos constantemente aunque no siempre en plena conciencia de la forma en que lo utilizamos ni de las consecuencias o alcances que llega a tener lo que decimos y lo que no decimos.
La educación es el principal vehículo para formar mujeres y hombres libres y conscientes de su responsabilidad social. El papel que jugamos como educadores, orientadores, consejeros y actores en la conformación social y cultural, no puede seguir siendo ignorada porque es además la herramienta de la transformación social, cultural y principalmente personal. Es aquí donde radica la importancia de la difusión.
El tipo de comportamiento que manifestamos todos los días, el lenguaje que utilizamos para corregir, expresar lo que pensamos y transmitir los fundamentos de nuestra cultura, constituyen la herramienta principal para la formación de esas mujeres y esos hombres. Si consideramos nuestra labor circunscrita sólo a las aulas o espacios escolares y dedicamos el tiempo a perfeccionar las técnicas de enseñanza y aprendizaje sin considerar los espacios en donde se lleva a cabo la mayor parte de la transmisión cultural, seguiremos colaborando de manera fundamentalmente inconsciente con la educación informal desorientada que caracteriza a nuestra cultura mexicana.
Me estoy refiriendo al seno familiar, a la convivencia social que tenemos en transportes, en la calle y en general en los lugares públicos. En este tiempo la influencia de la televisión ha cobrado una trascendencia impresionante, sin embargo no me referiré a ese aspecto en este artículo.
El principal vehículo que utilizamos en la transmisión de la educación y la cultura es el lenguaje y la conformación de pensamientos que “determinan” nuestras acciones (en adelante me referiré a ellos como creencias); también son generados a partir del lenguaje, tanto el verbal como el no verbal, vehículo que utilizamos constantemente aunque no siempre en plena conciencia de la forma en que lo utilizamos ni de las consecuencias o alcances que llega a tener lo que decimos y lo que no decimos.
El Internet, la televisión, la radio, los libros, el diario, las revistas, la telefonía móvil, los radio transmisores, son algunos de los ejemplos de la realidad tecnológica que dinamizan este tipo de educación en la que se pueden perder las conciencias débilmente socializadas ya que es un enorme cúmulo de información sin límite que se dispone para una infinidad de usos en los que las consecuencias pueden ser avasallantes para la formación de los individuos que no han fortalecido suficientemente la personalidad, principalmente, en los aspectos éticos de su desarrollo social.
Sin embargo, no podemos rechazar o hacer de menos a los medios de comunicación por lo mencionado, es un riesgo en definitiva y se debe ser prudente al hacer uso de esos elementos, pero también es cierto que significan una enorme posibilidad para enriquecer el proceso educativo escolarizado, es una posibilidad para involucrar a la sociedad de forma más directa con la escuela, cuestión que es una necesidad inminente para el crecimiento de las sociedades menos favorecidas por el actual modelo económico.
Los padres de familia más que estar pendientes por la seguridad de sus hijos respecto a los contenidos violentos y sexuales de la red deberían promover espacios de reflexión comunitaria para proponer estrategias que expriman y agoten las posibilidades educativas que ofrecen los medios de comunicación en beneficio de la formación de personas.
1 comentario:
bien pero sigue faltando el análisis personal de los temas publicados.
GRACIAS.
CALIF.8
Publicar un comentario